De mayor quiero ser...

Hoy os voy a enseñar algo que algunos de vosotros ya conocéis. La vocación temprana de Príncipemayor.

A los cinco o seis años, los niños -hablo de los varones, que es lo que conozco- suelen hablar de lo que quieren ser de mayor, que generalmente tiene que ver con su referencia paterna ("yo, ... como mi papá"), con su entorno (maestro, profesor de karate, conductor de autobús, actor/cantante para salir en la tele), o con lo que ellos consideran "superhéroes" (policía, bombero, astronauta).

En casa, Príncipemayor empezó a demostrarlo con sólo tres añitos, aunque por aquel entonces no pudiéramos ni imaginar que efectivamente el zagal está hecho para eso a lo que se quiere dedicar. De eso nos dimos cuenta pasado un tiempo, observándole. Comprobando cómo su imaginación sólo gira entorno a un tema y es con eso con lo que disfruta. Así es cómo a sus ocho años, el crío tiene clarísimo lo que quiere ser de mayor: técnico de sonido. Profesión que él ni siquiera sabía cómo se llamaba. Él sabe desde bien pequeñito lo que quiere hacer, pero desconocía que había una profesión para eso.
 

Porque estaremos de acuerdo en que no es una profesión "habitual". Lo normal es que a un niño le guste usar un micrófono, escuchar música o encender una linterna y jugar con las sombras. Pero Príncipemayor no quiere usar el micro, quiere graduar su volúmen para que se escuche bien a quien lo está usando. Él no quiere "sólo" escuchar música, quiere nivelar los graves y los diferentes altavoces para que el sonido sea el idóneo. Él no enciende linternas, monta auténticos espectáculos luminotécnicos en casa. Pero el escenario es para otros, a él lo que le gusta es la mesa de mezclas.

Os dejo una presentación que estoy segura de que os va a sorprender y con la que sobre todo, os váis a reir. De hecho estoy convencida de que es su primer curriculum vitae. No perdáis detalle. Veréis hasta dónde llega la imaginación de un mico.