Hoy vengo con una invitación en
la mano. Hace unos días contactó conmigo Ariadna, de Psicooncología para Pacientes, el blog de una psicooncóloga con ganas de ayudar y llenar ese vacío informativo
que puede que algunos enfermos de cáncer sientan.
Es un blog muy reciente, -nació
hace apenas tres meses- en él que podéis encontrar información muy interesante
sobre aspectos como la prevención o los cuidados posteriores a un diagnóstico
de cáncer o testimonios de pacientes.
Ella es una profesional y yo
una enferma de cáncer que nunca ha pisado una consulta de psicooncología. Así que
me puse a su disposición por si consideraba que yo podía aportar algo
interesante tanto a su blog como el mío. Y me planteó estas dos cuestiones:
- ¿Por qué nunca has consultado con un psicooncólogo durante el proceso?
¿Qué te ha echado para atrás?
Desde el principio me sentí anímicamente muy fuerte. Pasados los dos primeros días que me pasé llorando a escondidas, una vez que asumí mi diagnóstico, tomé la firme decisión de agarrarme a mis hijos y titar pa’lante con energía y buen humor. Así se lo hice saber a mi familia y amigos. Lo único que pedí es que no me avasallaran con llamadas lastimosas, miradas compasivas ni abrazos hipersentidos que harían que mi seguridad se tambaleara. Pedí que me comprendieran y estuvieran dispuestos a escucharme si recurría a ellos pero que por favor respetaran mi decisión de llevarlo con naturalidad.
Desde el principio me sentí anímicamente muy fuerte. Pasados los dos primeros días que me pasé llorando a escondidas, una vez que asumí mi diagnóstico, tomé la firme decisión de agarrarme a mis hijos y titar pa’lante con energía y buen humor. Así se lo hice saber a mi familia y amigos. Lo único que pedí es que no me avasallaran con llamadas lastimosas, miradas compasivas ni abrazos hipersentidos que harían que mi seguridad se tambaleara. Pedí que me comprendieran y estuvieran dispuestos a escucharme si recurría a ellos pero que por favor respetaran mi decisión de llevarlo con naturalidad.
Todo el mundo fue muy respetuoso
y yo me sentí muy querida, sabiendo que tenía un arsenal de gente dispuesta a
cogerme el teléfono o tomarse un café conmigo antes de haber acabado de pedírselo.
Sólo quería no llorar. Seguir mi vida diaria lo más normal posible.
Nunca me planteé ir a un
psicólogo porque nunca sentí la necesidad de hacerlo. Reconozco mi absoluta
ignorancia en torno a una consulta de psico(onco)logía. Desconozco totalmente cómo
se desarrolla una sesión. Pensé que podría haber preguntas incómodas que me
hicieran analizarme, abrirme en canal y que mi seguridad se viniera abajo y eso
me impediría luchar con la determinación y energía que sentía, por lo que nunca
me planteé acudir a un profesional. Mira si soy ignorante que no supe que
existía la figura del psicooncólogo hasta que la enfermera del centro donde me
di la radioterapia me dijo que era un servicio que tenía incluido como parte de
mi tratamiento si así lo quería.
Pero insisto, fue una decisión
muy personal. Quizá mi psicólogo han sido mis hijos, mis amigos, mis Pelones Peleones,
descubrir mi vena #oncocrafter… Pero a lo largo de este tiempo muchas pacientes han contactado conmigo y
siempre digo lo mismo: los profesionales
están para ayudar. Si crees que te va a venir bien, no lo dudes y ponte en sus
manos.
- ¿Qué te hubiera gustado saber cuando empezaste en este proceso y
no te dijeron? ¿Qué te dijeron que te ha ayudado a sobrellevarlo?
Estoy muy contenta con la
información recibida por parte de los diferentes médicos que me han tratado: mi
ginecóloga y cirujana, mi druida
y tantos otros especialistas, sanitarios y técnicos. A lo largo del proceso te
pueden surgir dudas pero hay que saber recurrir a quien te las pueda resolver:
tus médicos si son de índole médica, ¡no dudes en consultarles! o a otros
afectados si son cuestiones más “de andar por casa”: cómo ponerte un pañuelo o algunos
trucos para contrarrestar los numerosos y tan molestos efectos secundarios de la
quimioterapia, por ejemplo.
Creo que el haber podido llevarlo
tan bien no responde a nada que me dijeran sino a un conjunto de
circunstancias. Ha sido una suerte haber podido afrontar el proceso con la
energía y buen humor que me propuse desde el principio. Sé que otras pacientes
no encuentran la manera de sonreir, se encuentran hundidas e incluso enfadadas
con ellas mismas. Yo desde mi blog me pongo a su disposición e intento que vean
que se puede, “de ésta se sale, y además
siendo mejor persona”. Pero imagino que es un complejo compendio de
aptitudes, actitudes, carácter, personalidad, entorno, circunstancias
concretas… tantas y tantas cosas que hacen que cada uno reaccionemos de una
manera diferente ante un hecho tan traumático como puede ser un diagnóstico de
cáncer.
Lo realmente gratificante es
recibir un email o un comentario en el blog por parte de una paciente en el que
te dice que se siente bien leyéndote o que ese día le has hecho reír. Eso es
terapia bidireccional: yo proyecto en la bella amazona Uniteta Doscojonis
y ellas… ¡se sienten mejor! ¿No es genial?
Muchas gracias, Ariadna, por
darme la oportunidad de conocerte y colarme en tu rinconcito. Ha sido un
placer.
Me ha encantado esta unión entre dos blogs que son geniales!! Tu personalidad ha sido un ejemplo de referencia para mi, y tu mensaje de "esta se sale" llega directamente al corazón !! Un abrazo enorme a las dos!
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