4 jun 2013

Imprescindible en mi casa: casita de juegos

Que levante la mano el que nunca se haya montado una casita con una manta y dos sillas. Yo creo que es inherente a la infancia. Esa sensación de "independencia", de tener tu propio espacio hecho a tu medida.

Recuerdo perfectamente la que teníamos mis hermanas y yo. A mí entonces me parecía inmensa, ahora pienso que no sería tan grande, pero claro, yo no levantaba ni un metro del suelo. Nos pasábamos veinte minutos uniendo mástiles de plástico para montarla y necesitábamos ayuda para echar el plástico encima y que quedara en su sitio, pero luego pasábamos horas jugando. Imaginábamos que estábamos en el campo, hasta pintábamos el paisaje en la pizarra de mi habitación, o que éramos mayores y vivíamos solas... menudas historias nos montábamos.

En casa los príncipes empezaron así, uniendo unas gasas con pinzas de la ropa y sujetándolas con muebles:


Luego llegó el famoso iglú de Ikea, que desmontado no ocupa nada y se monta en medio minuto. Los seis euros mejor invertidos de todos sus regalos de cumpleaños. Y es que entre estas dos fotos hay seis años de diferencia, pero la sigue usando tanto como el primer día.


Ahora dice que ya no es su "casita de juegos". "Es nuestro apartamento, mamá".

Y no le falta razón, porque en ella juegan, echan la siesta, se ponen sus dibujos y hasta meriendan:


Así que no lo dudéis, si tenéis oportunidad de haceros con una casita de este tipo, los niños lo agradecerán muchísimo. Ésta de Ikea creo que ya no la fabrican, pero ahora hay muchas marcas que las tienen.

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