Príncipemayor adora a su tutor. Es un chico joven que conecta a la perfección con los chavales, un gran profesional al que yo estoy muy agradecida.
Príncipemayor no pudo cursar educación infantil en su actual colegio y cuando llegó en primero de primaria sin conocer las instalaciones, ni a sus compañeros -que ya llevaban tres años juntos-, ni las dinámicas del centro, este profesor hizo muy fácil su integración.
Y pasó ese primer curso, y a comienzos del segundo me diagnosticaron el cáncer, cosa que le comuniqué inmediatamente. Imagino que en ese momento sería un jarro de agua fría para él. Acompañar educativamente a un niño de siete años durante el proceso oncológico de su madre, por muy bien que lo hayamos llevado los dos, debió ser para su tutor cuando menos un reto personal y profesional. Me consta que siempre ha estado -y está- ahí y siempre desde la más absoluta discreción.
Por todo esto y mucho más, sólo tengo buenas palabras para él. Así que cuando esta mañana, casi con la legañas aún pegadas, Príncipemayor me ha dicho muy contento que hoy era el cumple de su querido don C., no lo he dudado y le he propuesto prepararle entre los dos un detalle. Algo improvisado a las 08:10am con materiales que había en casa.
¡Muchas felicidades, don C.! Y gracias por todo.
¡¡Ojalá todos los profesores fuesen así !!
ResponderEliminar