Como dice Alarai, del blog Siempre hay una mano, según lo que hagan los mayores, así jugarán los niños. Si papá es carpintero, seguro que disfrutan jugando con herramientas y tacos de madera. Si mamá es costurillas, jugarán a hacer torres con carretes de hilo. Si papá tiene un restaurante...
Y juegan con lo que hay a mano. Los pañuelos naranjas del Entierro de la Sardina del año pasado y las flores de plástico de mi despedida de soltera (sí, sí, mis hermanas y amigas me hiceron pasearme con ese ramo por los bares del centro de mi ciudad durante toda la noche. Y yo, que soy una sentimental, lo conservo desde entonces. Os aseguro que yo no intervengo en el montaje. Ellos cogen lo que consideran apropiado.
Montamos la cocina:
Nos colocamos los delantales:
No sé si se aprecia. Son las gasas que tanto usamos cuando eran bebés y que servían para tantas cosas: para las babitas, para la regurgitación, como dou-dou para que el bebé se duerma... Ya eran un comodín entonces, y lo siguen siendo ahora para los disfraces. ¡Valen para todo!
Y como algunos ya sabéis, Príncipemayor es un fanático de los equipos de sonido, así que nuestro restaurante también cuenta con la última tecnología en ambientación musical:
Ya estamos listos para el servicio. ¿Que van a tomar los señores?
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