Hace unas semanas tuve la suerte de poder asistir a una ponencia impartida por Jose Carlos Bermejo que llevaba por título: “Resiliencia:
una posibilidad de crecimiento personal con ocasión de la enfermedad.”
Conforme iba hablando este hombre, del que ya me reconozco fan empedernida, yo no podía dejar de asentir. Si os parece bien, os resumo aquí algunas de las cosas que nos contó incluyendo mis propios comentarios. Comencemos:
Conforme iba hablando este hombre, del que ya me reconozco fan empedernida, yo no podía dejar de asentir. Si os parece bien, os resumo aquí algunas de las cosas que nos contó incluyendo mis propios comentarios. Comencemos:
Según la RAE:
Resiliencia:
1. f. Psicol. Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y
sobreponerse a ellas.
2. f. Mec. Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación.
2. f. Mec. Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación.
¿Qué es la
resiliencia? Es la capacidad de
aprovechar la adversidad para sacarle partido.
Y pensaréis vosotros:
¿Para qué quieres sacarle partido a algo traumático? Lo normal sería sólo
conseguir “aceptarlo” o “asumirlo”. Pero yo voy a ganar algo con esto:
conocerme mejor a mí misma, ser mejor persona, sentirme realizada ayudando a
los demás…
Pongamos algunos ejemplos
de frases que ilustran el concepto “resiliencia”:
“Herido
pero no vencido” y “Tocado,
no hundido” son claros ejemplos.
“El sufrimiento puede convertirse en maestro”. Efectivamente.
Conozco las sensaciones, las identifico y aprendo de ellas. Convierto -lo que
implica- mi enfermedad en herramienta. Son lo que yo llamo: “lecciones del
cáncer”, pero siempre desde la positividad.
“El pesimista se queja del viento; el
optimista espera que cambie; el realista -en este caso, el
resiliente- ajusta las velas”.
Utiliza la situación adversa (viento) para sacarle provecho como es avanzar,
navegar más rápido y disfrutar de la travesía.
Algunas imágenes que
“ilustran” la resiliencia:

La flor de loto: algo tan bello surge en las aguas estancadas,
pantanosas y malolientes
La palmera de tronco retorcido: mientras resiste, se hace
más resistente.
El hecho de soportar fuertes vientos e inclemencias la hace más fuerte
El hecho de soportar fuertes vientos e inclemencias la hace más fuerte
Las elegías,
bellísimos
poemas que salen del dolor de duelo
Pero el mejor ejemplo de resiliencia en persona es Tim Guénard:
¿Qué pensáis que pasó con este
chico? Lo normal es que acabara muerto, o convertido en un drogadicto, un
maltratador, un violador o un pedófilo pero Tim le dió la vuelta a su pasado y
lo utilizó para convertirse en buen padre (tiene familia numerosa) y ahora
ayuda a niños y niñas con problemas acogiéndolos en su granja. Creó la Fundación
Altruisme y cuenta su vida en el
libro “Más fuerte que el odio”.
Vamos a ver algunas características
y estrategias resilientes:
- Libertad frente a determinismo:
Soy libre. No estaba
escrito que yo tuviera cáncer. No era mi destino. No “me ha pasado porque me
tenía que pasar”. En ese caso asumiría que soy una víctima y yo no puedo hacer
nada, en todo caso sólo me permitiría aceptar mi desgracia. Si apuesto por la
libertad yo decido cómo vivo mi enfermedad: convirtiendo la frase “Adelante,
siempre adelante” en mi máxima, normalizando mi situación, pensando siempre en
positivo, con energía buen humor y desde el optimismo.
- Manejo de la memoria:
Recordar -en el sentido de
revivir, tener presente- el momento del diagnóstico, los tratamientos, las
sensaciones… puede ser nuestro mejor maestro: sé cómo me sentí y lo utilizo
para mi bien.
Apliquemos el símil del estiércol
(oración de Tim Guénard): Esto es una mierda, sí, pero voy a convertirlo en
estiércol para que crezcan las más bellas flores. El estiércol recién cagado
(con perdón) no vale para nada: pesa, huele mal, mancha (esto es el shock del
diagnóstico)… pero si lo dejas “reposar”, con el tiempo se descompone, se seca
y se convierte en el mejor abono que permite que crezcan las más bellas flores.
Yo voy a superarlo y sacar algo bueno de todo esto.
- La mirada personal
La mirada hace a la
realidad ser como se la mira: ¿cómo está la botella? La botella está como está.
Deberíamos decir “está por la mitad”. Eso sería el dato verdaderamente
objetivo. Pero decimos “está medio llena” o “está medio vacía”. Según cómo la
mires, así estará la botella.
Es el poder de la mirada:
la perspectiva. Descarga esta presentación de powerpoint. Si consigo “hacer zoom” para
alejar, no para acercar, la mancha negra
-lo que equivale a una palabra tan grande como CÁNCER- en la pantalla de mi
vida, conseguiré que deje de ocupar TODO MI ESPACIO y colocaré la adversidad
DONDE YO QUIERO. Mi enfermedad no es el centro de mi universo que me impida
vivir.
- Optimismo y esperanza. Entusiasmo.
Aquí yo no estoy
totalmente de acuerdo con Jose Carlos Bermejo. Optimismo sí, mucho. Siempre. ¡Yo
soy Uniteta Doscojonis! Pero yo no utilizaría la palabra “esperanza” por la
connotación de irreal que le veo. No es algo real, es algo que “esperas”,
“confías”. Pero yo estoy convencida de mi curación. No me cabe otra
opción. “Esto es así, vamos a pasarlo, aprender de ello, utilizarlo y seguir.”
Y si se complica, o lo supero pero luego viene un nuevo tumor o una recaída,
siempre pensaré que es otro paso más de mi proceso. “Vale, voy a tardar más en
llegar al final, pero llegaré.”
- Sentido del humor
Lo
normal es que cuando intentas unir las palabras “cáncer” y “buen humor” en una
misma frase la gente piense que sería lo ideal pero que es muy difícil de
lograr.
Yo
empecé hablando de mi enfermedad en una red social, comentando en clave de
humor las primeras pruebas diagnósticas porque me salía así y para que mis
familiares y amigos vieran que estaba bien. Tenía la percepción de que todo el
mundo estaba más preocupado que yo misma cuando esperaba entrar a una
resonancia, por ejemplo. “pobrecita, con lo mal que lo estará pasando…” y sobre
todo no quería derrotistas. Era algo como: “Escuchad: no es plato de buen gusto
pero no estoy mal.” Me sale solo. No tengo que pensarlo, me sale así porque yo
misma me río. Para mí hablar en clave de humor de una sesión de quimioterapia
no es difícil. Ha sido mi suerte. Yo no he hecho nada para desarrollarlo ni
adquirirlo. Está ahí. Yo no he sido (ni soy) una persona especialmente
graciosa. El humor ha venido con mi enfermedad. Quizá como un mecanismo de
defensa. No lo sé, pero ahí está.
Todos
estamos de acuerdo en la importancia de la actitud del paciente hacia el
diagnóstico, el tratamiento y su evolución. Hasta qué punto el carácter del
paciente o cómo afronta el diagnóstico, los tratamientos, las pérdidas (estéticas,
afectivas, económicas en algunos casos) y su evolución, inciden en el éxito del
tratamiento. No sabría cuantificarlo pero es algo de lo que estoy plenamente
convencida. Pero no es “postural”, no es forzado, no es “mi blog es en clave de
humor”. Lo vivo así.
- Significación cultural.
Os
voy a contar un cuento (cuento sufí, Nasrudim):
Un señor iba por el pueblo lamentándose
a gritos: he perdido a mi mula, he perdido a mi mula, estoy desesperado, ya no
puedo vivir, no puedo vivir si no encuentro a mi mula. El que me ayude a
encontrar a mi mula, recibirá como recompensa… a mi mula.
La gente a su paso comentaba: ¿Estás
loco? ¿Eres tonto? ¿Perdiste la mula y ofreces como recompensa la propia mula?
Y él contestó: Sí, porque me molesta
no tenerla, pero más me molesta haberla perdido.
Y
es que, efectivamente, no es lo mismo “la he perdido” que “la he regalado”. Es
cuestión de cómo vives tú la adversidad. ¿Qué me falta una teta? ¡Pues me
convierto en Uniteta Doscojonis!
Aunque
ciertamente hay otro factor importante que no depende de uno mismo, sino de los
demás: ¿qué es un cáncer en nuestra sociedad? “Esa persona es el cáncer del
grupo”, “tal problema es el cáncer de la sociedad actual”… ¡NO! ¡No podemos
consentir expresiones como éstas! ¿por qué siempre se utiliza la palabra “cáncer”
con connotaciones negativas? Porque se asocia a desgracia y a muerte. Hay que desestigmatizar
el cáncer. Yo tengo cáncer y se llama cáncer. No es “una larga y penosa
enfermedad”. Llamémosle por su nombre.
A modo de conclusión, hazte una pregunta: ¿Haces de la enfermedad tu identidad o tienes una identidad por encima de la enfermedad?
A modo de conclusión, hazte una pregunta: ¿Haces de la enfermedad tu identidad o tienes una identidad por encima de la enfermedad?
Bienvenido, resiliente.
Si
queréis saber más de Jose Carlos Bermejo, consultad su página web:
www.josecarlosbermejo.es
Muy bueno el concepto resiliencia y tus explicaciones
ResponderEliminarY se puede aplicar a muchos aspectos de la vida
Gracias
Y el blog no tiene opción de darle a Me gusta?. Ay Blanca, me encanta como escribes. Besos.
ResponderEliminarGuau!!!!!!
ResponderEliminarCuando me diagnosticaron la leucemia, un amigo me recomendó el libro de Luis Rojas Marcos SUPERAR LA ADVERSIDAD (El poder de la resiliencia). Lo compré esa misma tarde. Esa era la época que tu llamas la del estiércol recién cagado y no estaba muy receptivo para leer esas cosas. Pero cuando decidí tratarme mi forma de pensar, ser y vivir cambió, esto ya lo expliqué en los primeros posts de mi blog.
ResponderEliminarEn este libro viene un apartado con los seis pilares de la resiliencia:
1.Conexiones afectivas
2.Funciones ejecutivas que gobiernan los pensamientos, emociones y conductas.
3.Centro de control interno. Quienes mantienen el sentido de autonomía y piensan que dominan razonablemente sus circunstancias o que el resultado está en sus manos resisten mejor y se enfrentan más eficazmente a la adversidad.
4.Autoestima
5.Pensamiento Positivo
6.Motivos para vivir
Este libro se lo leyó mi mujer mientras me inyectaban las primeras quimioterapias. Todavía no lo he leído. Supongo que con el tiempo acabaré leyéndolo para confirmar todo lo que ha cambiado mi forma de enfrentarme a la vida.
Qué tendrán estas enfermedades que poniéndonos lo físico en el peor escenario, sacan lo mejor de nuestro ánimo.
Salud Blanca.
Un abrazo
Luis
A veces las teorías necesitan siempre aterrizarse, y nada mejor para hablar de Resiliencia, que verte, sentirte, leerte. Saber cuanto has aprendido y aportas desde entonces es lo que hace falta para entender esa palabra. Gracias por compartir!
ResponderEliminarHola Blanca, no comento normalmente, pero hace tiempo que te leo a tí y a otros Pelones Peleones. Tu entrada me ha animado a comprar el libreo de Tim Guénard, muchas gracias por la recomentación guapa!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y a seguir cuidándote.